Según estudios recientes, los adolescentes de 12 a 21 años son de dos a tres veces más sensibles que la población en general a los contaminantes ambientales comunes que pueden alterar la función tiroidea y por lo tanto, se debería tener un control sobre éstos.
Se han estudiado tres contaminantes ambientales comunes que producen efectos bloqueadores sobre la glándula tiroides. Estos contaminantes ambientales son el perclorato, el tiocianato y el nitrato. Además sus efectos también parecen ser diferentes en niños y niñas, según Jenica McMullen, de la Facultad de Medicina de la Universidad de Nueva York, en su informe publicado el 20 de abril en el Journal of Clinical Endocrinology and Metabolism. El perclorato, el tiocianato y el nitrato son sustancias que inhiben el transporte de yodo a las células del tiroides. Y no es necesario que estos tóxicos se encuentren a niveles altos, sino que esta acción bloqueante la realizan a niveles que se encuentran habitualmente en el medio ambiente. La función de transporte es clave para la síntesis de la hormona tiroidea, y el bloqueo de este transporte determinará una menor producción de hormona tiroidea y, consecuentemente, hipotiroidismo. En los adolescentes, las alteraciones de la función tiroidea pueden afectar profundamente a todos los sistemas orgánicos, incluyendo la función cognitiva y cardíaca, la fuerza ósea y el metabolismo. Clínicamente, esto puede presentarse de forma más llamativa como un bajo cercimiento y cambios en el rendimiento académico. El joven no crece adecuadamente y su rendimiento escolar empieza a caer sin causa aparente. El perclorato, se utiliza en la fabricación de explosivos y propulsores de cohetes y puede emigrar al agua, la leche y las verduras ricas en agua, como el apio, el calabacín, el rábano, el tomate y la col verde. La exposición al tiocianato proviene principalmente del humo del cigarrillo. El nitrato es un conservante comúnmente utilizado en fertilizantes, que también se pueden encontrar en el agua potable y las verduras. Los efectos derivados de estos tóxicos no son susceptibles de tratamiento, pero podemos realizar una prevención de las exposiciones a estos tóxicos. La buena noticia, según los expertos, es que hay pasos seguros y sencillos que se pueden tomar para limitar la exposición a químicos ambientales que se sabe que alteran la función tiroidea, según se relató a Medscape Medical News. Los médicos pueden aconsejar a los pacientes acerca de estos pasos para limitar las exposiciones. Entre sus recomendaciones están el mantenimiento de una dieta saludable que incluye una variedad de vegetales ricos en yodo - como los arándanos, el yogur griego y los frijoles - evitando los alimentos procesados y consumiendo productos orgánicos cuando sea posible. La suplementación apropiada con yodo también puede reducir el impacto de la exposición a químicos ambientales. Por supuesto, la ausencia de exposición el humo del tabaco, bien como fumador activo o pasivo es fundamental para evitar los tiocianatos. La mayor parte de la sal en nuestro país está yodada, por lo que normalmente no hay déficit nutricional de yodo. Fuente: Medscape Image courtesy of FrameAngel at freedigitalphotos.net |
AuthorDra.Maria José Hurtado Archives
Febrero 2019
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Todo
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