El síndrome de Sjögren es una enfermedad autoinmune que causa sequedad, particularmente en los ojos y la boca.
En las enfermedades autoinmunes el sistema inmunológico no funciona correctamente y ataca a tejidos sanos, ocasionando daño e inflamación. En este síndrome, las células del sistema inmunológico, conocidas como linfocitos, atacan a las células normales de las glándulas exocrinas, las que secretan las sustancias humectantes de los ojos, la boca (glándulas lacrimales, salivares...) y otros tejidos. Esto genera la inflamación y la destrucción de las glándulas exocrinas, lo cual impide la producción de las sustancias humectantes. El síntoma más común del síndrome de Sjögren es tener sequedad grave en los ojos y la boca. Esta dura, al menos, 3 meses y no es provocada por ningún medicamento que esté tomando. Puede sentir los ojos arenosos y con comezón. Puede tener problemas para tragar, comer alimentos secos o, incluso, hablar. También es posible que se sienta muy cansado. En casos más graves del síndrome de Sjögren, una persona puede tener sequedad en otras áreas del cuerpo que tienen membranas mucosas. La sequedad de las membranas de las articulaciones puede provocar inflamación (hinchazón) y, eventualmente, artritis. La sequedad provocada por el síndrome de Sjögren puede dañar el tejido de los pulmones (lo que puede causar tos seca crónica o duradera), o los riñones. Desde hace ya algunos años, se viene describiendo una asociación frecuente de esta enfermedad con la tiroiditis autoinmune de Hashimoto. Esto supone una predisposición genética y/o ambiental común con unos mecanismos de generación similares. Se ha descrito que la enfermedad de Sjögren era 10 veces más frecuente en los pacientes con Tiroiditis Autoinmune que en la población general. Y a la inversa, la Tiroiditis Autoinmune apareció con una frecuencia 9 veces superior en los pacientes con Sjögren (Jara LJ y cols, Clin Rheumatol, 2007). Esto indica la necesidad de investigar la posibilidad de Sjögren en pacientes con Hashimoto y viceversa. Existen antígenos compartidos tanto en el tiroides como en las glándulas salivares, lo que podría ser la causa de la asociación entre ambas enfermedades. Por lo tanto, debemos ser cautos ante síntomas aparentemente inocuos como la sequedad de ojos (que se trata simplemente con lágrimas artificiales), que puede indicar esta enfermedad autoinmune. Asimismo valorar en estos pacientes la posible asociación de un hipotiroidismo subclinico tratable. |
AuthorDra.Maria José Hurtado Archives
Febrero 2019
Categories
Todo
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