La infertilidad de causa inexplicada podría tener relación con niveles de TSH considerados normales.1/13/2018 Después de muchos años ayudando a mujeres con problemas de fertilidad y niveles de TSH, que otros especialistas consideraban normales, por fin las investigaciones serias van confirmando hechos que se intuían en la práctica clínica diaria.
La infertilidad inexplicable puede conducir a las parejas a un peregrinaje desalentador por clínicas, especialistas y pruebas, y a un desembolso económico importante, por no hablar del daño emocional. Quizá un sencillo test sanguíneo visto por ojos expertos pueda ayudar. El estudio realizado en el área de Boston, Massachusetts, encontró que las mujeres que sufrían infertilidad inexplicable, tenían casi el doble de probabilidades de tener niveles más altos de TSH. La infertilidad inexplicable ocurre cuando las parejas no consiguen embarazo durante un año intentándolo, sin una razón médica para ello. Alrededor del 10 por ciento de las mujeres estadounidenses de entre 15 y 44 años tienen dificultades para quedar embarazadas ¡En España esta tasa se encuentra entre el 15 y el 17%!. Entre un 10 y el 30 por ciento de ellas se considera que tienen infertilidad inexplicable. Según el autor principal del estudio, Pouneh K. Fazeli, MD, MPH, del Massachusetts General Hospital y Harvard Medical School en Boston, Mass. "Dado que nuestro estudio muestra que las mujeres con infertilidad inexplicable tienen niveles de TSH más altos en comparación con las mujeres que experimentan infertilidad debido a una causa conocida, se necesita más investigación para determinar si la Levotiroxina puede mejorar sus posibilidades de quedar embarazada”. Esto podría abrir nuevas vías para posibles tratamientos. Fuente: Tahereh Orouji Jokar, Lindsay T Fourman, Hang Lee, Katherine Mentzinger, Pouneh K Fazeli. Higher TSH levels within the normal range are associated with unexplained infertility. The Journal of Clinical Endocrinology & Metabolism, Dec 19, 2017; DOI: 10.1210/jc.2017-02120 Image courtesy of nenetus at FreeDigitalPhotos.net El síndrome de Sjögren es una enfermedad autoinmune que causa sequedad, particularmente en los ojos y la boca.
En las enfermedades autoinmunes el sistema inmunológico no funciona correctamente y ataca a tejidos sanos, ocasionando daño e inflamación. En este síndrome, las células del sistema inmunológico, conocidas como linfocitos, atacan a las células normales de las glándulas exocrinas, las que secretan las sustancias humectantes de los ojos, la boca (glándulas lacrimales, salivares...) y otros tejidos. Esto genera la inflamación y la destrucción de las glándulas exocrinas, lo cual impide la producción de las sustancias humectantes. El síntoma más común del síndrome de Sjögren es tener sequedad grave en los ojos y la boca. Esta dura, al menos, 3 meses y no es provocada por ningún medicamento que esté tomando. Puede sentir los ojos arenosos y con comezón. Puede tener problemas para tragar, comer alimentos secos o, incluso, hablar. También es posible que se sienta muy cansado. En casos más graves del síndrome de Sjögren, una persona puede tener sequedad en otras áreas del cuerpo que tienen membranas mucosas. La sequedad de las membranas de las articulaciones puede provocar inflamación (hinchazón) y, eventualmente, artritis. La sequedad provocada por el síndrome de Sjögren puede dañar el tejido de los pulmones (lo que puede causar tos seca crónica o duradera), o los riñones. Desde hace ya algunos años, se viene describiendo una asociación frecuente de esta enfermedad con la tiroiditis autoinmune de Hashimoto. Esto supone una predisposición genética y/o ambiental común con unos mecanismos de generación similares. Se ha descrito que la enfermedad de Sjögren era 10 veces más frecuente en los pacientes con Tiroiditis Autoinmune que en la población general. Y a la inversa, la Tiroiditis Autoinmune apareció con una frecuencia 9 veces superior en los pacientes con Sjögren (Jara LJ y cols, Clin Rheumatol, 2007). Esto indica la necesidad de investigar la posibilidad de Sjögren en pacientes con Hashimoto y viceversa. Existen antígenos compartidos tanto en el tiroides como en las glándulas salivares, lo que podría ser la causa de la asociación entre ambas enfermedades. Por lo tanto, debemos ser cautos ante síntomas aparentemente inocuos como la sequedad de ojos (que se trata simplemente con lágrimas artificiales), que puede indicar esta enfermedad autoinmune. Asimismo valorar en estos pacientes la posible asociación de un hipotiroidismo subclinico tratable. Las diversas campañas para la detección del hipotiroidismo y la abundante información en internet sobre las alteraciones del tiroides, han difundido los síntomas más habituales del hipotiroidismo entre la población general.
Entre los síntomas más comunes del hipotiroidismo, se han venido describiendo la torpeza mental, caída de cabello, aumento de peso, o estreñimiento. Existen otros signos que no se ven claramente, como el aumento de colesterol o triglicéridos en sangre, que puede ser causa de enfermedades del aparato cardiovascular. Sin embargo existen algunas ocasiones en las que el hipotiroidismo se presenta con una sintomatología completamente distinta, y que resulta muy difícil de detectar tanto por el paciente como, en muchas ocasiones, por el médico general. Uno de estos casos es el de la disartria como presentación inicial de un hipotiroidismo. Llamamos disartria a una alteración del lenguaje que se caracteriza por dificultad para hablar y comprender las cosas que nos dicen. Se trata de una alteración muy llamativa para el propio paciente y también para las personas de su entorno, y que normalmente se suele asociar con una alteración del sistema nervioso central. En muchas ocasiones, es síntoma de una alteración en la región cerebral que controla el lenguaje. Sin embargo, se han descrito casos en los que aparece como el síntoma inicial de un hipotiroidismo. Cuando aparece, y por la alarma que genera, el paciente es habitualmente sometido a varias pruebas para descartar las causas más graves de este síntoma. Cuando estos estudios son normales, deberían plantearse otras posibilidades, entre las que se encuentra el hipotiroidismo. El médico experto, podrá detectar otros signos de hipotiroidismo que orienten el diagnóstico. En los casos en los que ha parecido disartria como diagnóstico del hipotiroidismo, el tratamiento sustitutivo hormonal ha corregido esta alteración del lenguaje. Fuente: Stöllberger C, et al. Dysarthria as the leading symptom of hypotrhyroidism. Am J Otolaryngol. 2001 Jan-Feb: 22 (1): 70-72. Image courtesy of Jeroen van Oostrom at FreeDigitalPhotos.net Según un reciente estudio, extender el número de mujeres embarazadas tratadas con levotiroxina para aumentar los niveles de hormona tiroidea puede reducir el número de abortos, cesáreas tempranas y bebés de bajo peso.
La glándula tiroides es un órgano que se encuentra en la base del cuello. Produce las hormonas esenciales que controlan el metabolismo del cuerpo. Las hormonas tiroideas también son críticas para el desarrollo del cerebro fetal, pero los bebés no pueden producir hormona por ellos mismos hasta el segundo trimestre y tienen que obtener toda la hormona de sus madres. El 2-3% de las mujeres embarazadas tendrán un hipotiroidismo subclínico, lo que significa que tienen bajos niveles de hormonas tiroideas, aunque sin sintomatología. Esto se puede tratar con un medicamento de reemplazo hormonal llamado levotiroxina. Se revisaron más de 13.000 mujeres que estaban embarazadas entre 12-16 semanas, 518 de las cuales tenían un hipotiroidismo subclínico. Encontraron que las mujeres con hipotiroidismo subclínico tratadas con levotiroxina tenían un menor riesgo de dar a luz bebés de bajo peso y también eran menos propensas a sufrir una cesárea temprana. Las mujeres no tratadas con hipotiroidismo leve tuvieron más probabilidades de aborto que las mujeres con función tiroidea normal. No hubo ninguna muerte fetal en el grupo tratado con levotiroxina. Aunque se necesitan ensayos adicionales para confirmar estos hallazgos, se cree que se podrían encontrar beneficios incluso superiores tratando a las mujeres embarazadas en una etapa más temprana del embarazo . Las guías de la Sociedad Endocrinológica Británica recomiendan tratamiento con levotiroxina en todas las mujeres embarazadas con hipotiroidismo subclínico y también las guías de la Asociación Americana del Tiroides recomiendan este tratamiento tanto en las mujeres embarazadas con hipotiroidismo subclínico como las que se detectan anticuerpos anti peroxidasa. Sin embargo, la duración del tratamiento no estaba muy clara. La pregunta que viene a continuación es ¿Será necesario que la madre continúe el tratamiento con levotiroxina después del parto? Estudios recientes señalan que probablemente no, y que en muchos casos parece que el hipotiroidismo subclínico del embarazo se resuelve tras el nacimiento. Los últimos estudios a este respecto, muestran que las mujeres embarazadas con hipotiroidismo subclínico, con una TSH por debajo de 5 mIU/L en el embarazo, y negativas a los anticuerpos antitiroideos (anti-peroxidadas), podrían recuperar su función tiroidea normal después del embarazo. En ellas se podría detener el tratamiento con levotiroxina tras el parto, y realizar un control de la función tiroidea unas seis semanas tras el parto, para comprobar que todo está en orden. Sin embargo, las mujeres embarazadas positivas a anti-peroxidadas y con TSH alrededor de 5 o más, muestran un riego elevado (alrededor del 25% de los casos) de mantener un hipotiroidismo persistente varios años tras el embarazo. Este grupo de mujeres deberían ser monitorizadas cuidadosamente y si se encuentran riesgos adicionales de hipotiroidismo (como otra enfermedad autoinmune en el paciente, una historia familiar de enfermedad de Hashimoto o evidencia de tiroditis crónica en una ecografía tiroidea) estos pacientes también deberían de continuar en tratamiento hormonal. Fuente: Society for Endocrinology. "Giving more pregnant women common thyroid medicine may reduce risk of complications." ScienceDaily. www.sciencedaily.com/releases/2016/11/161109090353.htm (accessed November 14, 2016). Image courtesy of Paul Gooddy at FreeDigitalPhotos.net El tratamiento con tiroxina mejora la calidad de vida en pacientes con hipotiroidismo subclínico.9/18/2016 La terapia con tiroxina mejora significativamente la calidad de vida en pacientes con hipotiroidismo subclínico (HSC) según han mostrado recientes investigaciones.
La doctora Deshmuk Vaishlai y sus colegas del hospital de Nair, en Bombay, India, encontraron mejorías significativas en los terrenos físico, afectivo y social de estos pacientes así como en la calidad general de vida de los adultos con HSC tratados con levotiroxina a dosis que asegurasen la normalización de las hormonas tiroideas en el paciente. Por el contrario también demuestra que, en alrededor de un tercio de los pacientes en los que el HSC no se trató, se demostró una progresión de la enfermedad y un empeoramiento progresivo de su calidad de vida. Según la doctora Vaishali, “la mejora de calidad de vida en los pacientes tratados, fue evidente a los seis meses de tratamiento, mientras que los pacientes sin tratar tendieron a deteriorarse”. Por lo tanto, continúa “hemos demostrado claramente que el tratamiento con tiroxina no sólo reduce las anormalidades bioquímicas y clínicas del hipotiroidismo, sino que también mejora la calidad de vida”. Los resultados del estudio se presentaron en la 82ª reunión de la Sociedad Americana del Tiroides. Dos escuelas de pensamiento. En la reunión, la doctora resaltó el hecho de que existen dos escuelas de pensamiento en relación al hipotiroidismo subclínico: “una escuela dice que no hay necesidad de tratar el HSC dado que es únicamente una entidad bioquímica; la otra escuela piensa que es una entidad clínica, que se asocia a síntomas y que debería de tratarse”. En un grupo de 65 pacientes, los investigadores inicialmente realizaron un seguimiento de los síntomas reportados por los pacientes con hipotiroidismo subclínico y un control con pacientes normales. Cuando evaluaron la puntuación de calidad de vida en ambos grupos, encontraron unos valores más reducidos en los pacientes con HSC en comparación con los pacientes normales, en los dominios cognitivo, social, autoestima, y calidad de vida general. Tratamiento con tiroxina. Los investigadores estudiaron el efecto de la terapia con tiroxina en su impacto sobre la calidad de vida en el mismo grupo después de seis meses tras tratamiento. Del grupo de pacientes (65), 30 fueron tratados con hormona tiroidea y 35 recibieron únicamente intervenciones en su estilo de vida (grupo control). Tras seis meses de tratamiento, los niveles de TSH habían disminuido significativamente en el grupo que recibió tratamiento. Los niveles de TSH no habían cambiado o se habían normalizado únicamente en un 30% del grupo control, habían aumentado en otro 30% y habían disminuido en un 40%. La puntuación de calidad de vida para problemas físicos había mejorado significativamente a los seis meses en el grupo de pacientes tratados respecto al grupo control. En el grupo tratado, el edema del tobillo, la irritabilidad y la pérdida de memoria mejoraron, y los pacientes perdieron peso. En el grupo control persistieron sin cambios los síntomas de sequedad de piel, estreñimiento, irritabilidad, intolerancia al frío, pérdida de cabello, mialgia y alteraciones de la sudoración. Se demostró una mejora en la disfunción menstrual de las mujeres dentro del grupo tratado que en el grupo control (61% vs. 16%). También hubo una reducción mayor en el tamaño del bocio en el grupo tratado que en el grupo control (48% vs. 14%). La puntuación utilizada para la valoración de calidad de vida mejoró significativamente en el grupo tratado a los seis meses mientras que no cambió significativamente en el grupo control. Fuente: Medscape Medical News; Thyroxine Therapy Improves QoL in Subclinical Hypothyroidism. Pam Harrison September 26, 2012 El hipotiroidismo es muy frecuente en paciente de más de 60 años de edad, y aumenta con la edad. Según la Asociación Americana del Tiroides, uno de cada cuatro pacientes en residencias de mayores podría tener un hipotiroidismo sin diagnosticar.
Sabemos que los síntomas del hipotiroidismo pueden ser muy inespecíficos en todos los pacientes, pero aún más en los pacientes mayores. Por ejemplo, la pérdida de memoria en una persona mayor o la torpeza mental, que seguramente se atribuirá a la edad, podría ser el único síntoma del hipotiroidismo. En muchas ocasiones puede no acompañarse de otros síntomas, o que también pasen desapercibidos, como la piel seca y el estreñimiento. Tendremos que encontrar un médico que sospeche esta posibilidad para poder establecer el diagnóstico. Un sencillo análisis de sangre, junto con la exploración clínica apropiada y la información que puedan aportar los familiares (historia familiar de enfermedad tiroidea, cirugía o radioterapia en el cuello, etc), bastará para establecer el diagnóstico e iniciar un tratamiento apropiado. El tratamiento en las personas mayores tiene sus particularidades. Se debe investigar la posibilidad de enfermedad coronaria o insuficiencia cardíaca, asi como otros factores asociados con la edad. En los pacientes mayores es muy recomendable iniciar un tratamiento a dosis bajas, para que el corazón y el sistema nervioso central se ajusten progresivamente a los niveles de hormona tiroidea. Bajo control médico se irá incrementando lentamente la dosis hasta alcanzar los niveles deseados. En pacientes sin historia de alteraciones cardiovasculares, se podría iniciar un tratamiento más rápidamente progresivo. En cualquier caso, es fundamental el seguimiento cercano por el médico, ya que en ocasiones será necesario reducir las dosis si se detectan problemas. Image courtesy of Ambro at FreeDigitalPhotos.net El estreñimiento es uno de los síntomas más frecuentes del hipotiroidismo. Se debe a que el enlentecimiento del metabolismo que produce esta enfermedad afecta también al intestino, con una lentificación de sus movimientos habituales que lleva al estreñimiento.
Pero… ¿Qué es el estreñimiento? Para las sociedades occidentales, los límites normales del ritmo deposicional oscilan entre tres deposiciones diarias como máximo y tres deposiciones semanales como mínimo. Debe hacerse notar que estas frecuencias consideradas “normales” se hicieron públicas para atenuar la preocupación, a menudo obsesiva, de las sociedades occidentales por los hábitos defecatorios. Sin embargo, aunque el médico suele centrar su atención en la frecuencia del ritmo deposicional, los resultados de una encuesta realizada sobre población general demuestran que este síntoma tiene significados diversos para las personas. Así, el 52% entiende por estreñimiento la necesidad de un esfuerzo defecatorio excesivo o desproporcionado; un 44% considera que padece estreñimiento cuando exterioriza heces duras y de escaso volumen y un 34%, cuando no consigue evacuar, a pesar de experimentar el deseo consciente de la defecación. Solo el 32% de la población define el estreñimiento como una baja frecuencia en el ritmo deposicional. Por lo tanto, desde la perspectiva global del médico y del paciente, una función defecatoria saludable es aquella en la que la persona realiza, al menos tres evacuaciones por semana, es indolora y se realiza sin un esfuerzo excesivo. Además el individuo debe alcanzar una sensación de desocupación completa del recto. Estreñimiento e hipotiroidismo. El hipotiroidismo es una enfermedad de inicio insidioso y lento. Muchas veces los síntomas pasan desapercibidos precisamente porque van apareciendo poco a poco. El estreñimiento es uno de estos síntomas. Puede aparecer como síntoma inicial de la enfermedad, o junto con otros síntomas menos evidentes, como la fatiga, el aumento de peso o la depresión. Muchas veces, se consideran estos síntomas incluso como “normales” en determinadas circunstancias como el embarazo, el postparto, la menopausia o el estrés, y no se acude a la consulta hasta que la enfermedad no está más desarrollada. En determinados casos, he comprobado que estos pacientes pueden haber estado meses consumiendo laxantes para solucionar este problema, antes de ser diagnosticados de hipotiroidismo. Sin embargo, resulta muy sencillo establecer el diagnóstico de hipotiroidismo con un examen clínico apropiado y un simple análisis de sangre (TSH), que en ocasiones puede evitar exploraciones más agresivas para estudiar la causa del estreñimiento. También en pacientes ya diagnosticados de hipotiroidismo, el estreñimiento puede ser indicativo de que el tratamiento no está resultando efectivo, y de que quizá es el momento de volver a la consulta para hacer un control y valorar ajustar la medicación. Los niveles necesarios de hormona tiroidea pueden cambiar a lo largo de la vida en determinadas circunstancias. Y una dosis que ha sido efectiva durante algún tiempo, puede que haya que modificarla. Image courtesy of Serge Bertasius Photography at FreeDigitalPhotos.net El hipotiroidismo subclínico afecta a un 4-15% de la población occidental.
Esta forma de presentación del hipotiroidismo se define bioquímicamente por una elevación de los niveles de TSH, con niveles de T4 normales. Los pacientes con esta forma de hipotiroidismo pueden no presentar sintomatología alguna o mostrar síntomas vagos e inespecíficos, que en algunas ocasiones pueden ser sugestivos de hipotiroidismo: habitualmente una moderada fatiga, ganancia de peso sin causa justificada, o sequedad cutánea. Estos síntomas pueden pasar desapercibidos incluso a médicos que no piensen en la posibilidad de un hipotiroidismo subclínico. Un reciente estudio de la Universidad de Pisa demuestra que, además, los pacientes con esta enfermedad podrían presentar alteraciones mentales. Este estudio se ha publicado recientemente (agosto de 2015) en la prestigiosa revista The Journal of Clinical Endocrinology & Metabolism. Lo que hace especial a este estudio, respecto de otros anteriores, es que se analiza a pacientes jóvenes, por debajo de 75 años. Sus autores, demuestran que pacientes con edades inferior a los 75 años con hipotiroidismo subclínico presentan un “riesgo significativo” de deterioro cerebral e incluso de demencia. Los autores examinaron los resultados de 13 estudios sobre los efectos del hipotiroidismo subclínico, y encontraron un aumento del 56% del riesgo de deterioro de la función cerebral y un aumento del riesgo de demencia en un 81%. Algunos expertos, como el Dr. James Hennessey de la Facultad de Medicina de Harvard, apuntan que “en pacientes con hipotiroidismo subclínico pueden observarse síntomas neuro-cognitivos incipientes, e inespecíficos”. Y que “los pacientes con estos síntomas deberían realizarse un estudio de función tiroidea, y ser tratados con hormona tiroidea en caso de detectarse un hipotiroidismo subclínico”. Este estudio pone de relieve, que la afectación cognitiva a largo plazo podría ser mayor cuando el hipotiroidismo subclínico aparece en personas más jóvenes. Desgraciadamente, y dado que los síntomas del hipotiroidismo subclínico son muy sutiles o pasan desapercibidos, los signos de estas enfermedad se podrían considerar como signos normales de envejecimiento, y no diagnosticarse durante años. Sin embargo, y a pesar de la importancia potencial de estas investigaciones, no existen recomendaciones por las autoridades sanitarias sobre el screening o diagnóstico precoz de hipotiroidismo subclínico. Y no esperamos que esto se produzca en los próximos años. Por lo tanto, ojo con vuestros mayores. Podrían mostrar un deterioro cerebral debido a esta causa antes de diagnosticar otras enfermedades degenerativas como el Alzheimer. Pero también precaución en aquellas personas más jóvenes en la cuarta, quinta o sexta década de la vida, con antecedentes familares de hipotiroidismo (o incluso sin ellos), que podáis notar torpeza mental, olvidos frecuentes, o depresión inexplicada. No olvidéis acudir a vuestro médico y solicitar un estudio de TSH. Fuentes: Mild thyroid disorder could hurt brainpower. www.endocrineweb.com Subclinical hypothyroidism and cognitive impairment. Systematic review and meta.-analysis. Giusppe Pasqualetti y cols. The journal of clinical endocrinology & metabolism, August 25, 2015 Image courtesy of Stuart Miles at FreeDigitalPhotos.net Últimamente, han proliferado de una manera extraordinaria las páginas web en las que se describen las propiedades “mágicas” del aceite de coco virgen, para casi todas las dolencias y, como no, la sencilla manera con la que se puede comprar este producto a través de Internet.
Podremos discutir algunas de las propiedades del aceite de coco desde un punto de vista médico, y siempre, por supuesto, apoyándonos en las publicaciones científicas pertinentes. Lo que no puedo tolerar, es navegar por Internet y encontrarme páginas web con títulos como: “Consiga dejar su medicación de la tiroides y comience a consumir aceite de coco” (https://argentinasinvacunas.wordpress.com/2014/08/01/consiga-dejar-su-medicacion-de-la-tiroides-y-comience-a-consumir-aceite-de-coco/) o “Get off your thyroid medication and start consuming coconut oil” (http://healthimpactnews.com/2013/get-off-your-thyroid-medication-and-start-consuming-coconut-oil/). Ante todo: el aceite de coco no es útil en el tratamiento de la patología tiroidea. No existe ningún tratamiento alternativo a las hormonas tiroideas exógenas para el hipotiroidismo. Es curioso, que de todas las páginas web que he consultado en las que defienden el aceite de coco como tratamiento del hipotiroidismo, ninguna está firmada por un médico especialista y en ninguna encontramos una base científica que lo justifique. Sí existen artículos experimentales y sobre ratones, pero sobre otros efectos del aceite de coco. Por lo tanto, nos encontramos en primer lugar ante un intrusismo profesional, pero, sobre todo, ante una estafa, y una amenaza sanitaria. El argumento “estrella” de aquellos que sugieren las bondades del aceite de coco para el tratamiento del hipotiroidismo es (y lo encuentro como un “copia y pega” en casi todas las páginas igual), que el aceite de coco disminuye la inflamación y permite que se regenere el tiroides para que vuelva a producir hormona por sí mismo. Lo cierto, es que una vez el tiroides es atacado por el sistema inmunitario, y pierde la capacidad de producir hormona tiroidea, ningún tratamiento conocido va ser capaz de regenerar esa glándula para que vuelva a producir por sí sola la cantidad de hormona necesaria. También defienden la gran capacidad antibacteriana de algunos componentes de este aceite. La capacidad bactericida del ácido láurico, que es la piedra angular de los defensores de este medicamento, es un hecho que se conoce desde el año 1966, en un estudio publicado por el doctor Jon Kabara. Resulta curioso que, conociéndose desde entonces, no se haya utilizado como método antibiótico en las enfermedades infecciosas en las últimas décadas. Podría extenderme aportando datos, artículos y publicaciones médicas que desmontan los argumentos de todas estas páginas, pero no es el el objeto de este post. Mi consejo: desconfiad de las páginas web en las que se propongan tratamientos “naturales” del hipotiroidismo basados en dieta, estilos de vida, evitar determinados alimentos, etcétera. La mayor parte de las páginas que he visitado carecen de ningún sentido científico y podrían incitar a abandonar la medicación hormonal sustitutoria sin la cual los pacientes hipotiroideos volverán a desarrollar, sin duda, los síntomas de su enfermedad. No resulta extraño en mujeres de mediana edad el comprobar como experimentan una debilidad progresiva y pérdida del cabello.
Habitualmente, se trata de mujeres en la cuarta y quinta décadas de la vida, probablemente en su mejor momento personal y profesional. A pesar de encontrarnos en una sociedad que consideramos “avanzada”, existen algunas condiciones, que todavía generan cierto rechazo social y cierta vergüenza en las personas que las padecen, y la alopecia en las mujeres jóvenes es probablemente una de ellas. Esta condición, puede limitar las actividades habituales de las mujeres que la padecen, llevando incluso a iniciar o agravar cuadros de depresión que suelen asociarse a las alteraciones hormonales producidas por la menopausia o por otras patologías como el hipotiroidismo. En ocasiones, cuando se sufren estos problemas, se pueden achacar a la edad, la menopausia, el estrés o incluso a factores genéticos: “ya le ocurrió a la abuela”…Indudablemente algunos de estos factores pueden influir en la aparición de alopecia, pero hay otras razones frecuentes y menos conocidas. La buena noticia, es que existen muchas razones médicas que pueden explicar esta condición, y sobre las cuales se puede realizar tratamiento recuperando el cabello perdido y evitando la caída del mismo en el futuro. El hipotiroidismo sin diagnosticar o mal controlado La caída de cabello es uno de los síntomas probablemente más característicos del hipotiroidismo. El hipotiroidismo puede permanecer sin diagnosticarse durante muchos años, bien porque aparece como una variedad de hipotiroidismo subclínico, con niveles normales o casi normales de TSH, o bien porque aparece con síntomas como la depresión o el estreñimiento que no se relacionan con la enfermedad. El déficit de hormona tiroidea determina una alteración del desarrollo del cabello, con fragilidad y pérdida del mismo. La anemia Pero además, en el hipotiroidismo solemos encontrar la aparición de una anemia asociada, originada por la falta de estimulación de producción de los glóbulos rojos por las hormonas tiroideas. La anemia, es una causa bien conocida de pérdida del cabello, que pueda aparecer también en el hipotiroidismo o bien por otras causas como abundantes sangrados menstruales en la perimenopausia o por falta de hierro en la dieta. Déficit de zinc Recientemente, se ha relacionado también la aparición de una alopecia severa en casos con déficit de zinc. Además, se ha demostrado, que la deficiencia de zinc es también una causa de hipotiroidismo, ya que el zinc participa en la formación de numerosas enzimas que intervienen en la cadena de producción de hormona tiroidea. En el caso de déficit de zinc, la pérdida de cabello comienza en la región occipital y se puede extender al resto de la cabellera. En los casos severos, puede haber una pérdida total del cabello y de las uñas. Por lo tanto, el déficit de zinc únicamente ya es una causa de pérdida del cabello, pero es que además genera hipotiroidismo, habitualmente subclínico, que es otra de las causas de pérdida del cabello y que además puede determinar la aparición de una anemia para agravar el cuadro. El diagnóstico del hipotiroidismo subclínico, no puede basarse únicamente en la valoración de TSH, ya que puede estar dentro del rango normal, sino que a veces hay que hacer un análisis más exhaustivo de hormonas tiroideas, anticuerpos antitiroideos, y fundamentalmente basarse en la exploración clínica, en la sintomatología de las pacientes y en el estudio estructural mediante ecografía del tiroides. La corrección del hipotiroidismo mediante la administración de tratamiento hormonal sustitutorio, determinará una recuperación y crecimiento del cabello caído, que aparecerá nuevamente con sus características y fuerza original. Si fuera necesario, en caso de déficit de hierro (anemia) o de zinc, se corregirían los factores mediante la administración de suplementos de estas sustancias. Generalmente, la anemia asociada al hipotiroidismo, desaparece con el tratamiento de éste. Image courtesy of marcolm at FreeDigitalPhotos.net |
AuthorDra.Maria José Hurtado Archives
Febrero 2019
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Todo
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