El Hipotiroidismo en la infancia y la adolescencia
En esta ocasión no hablaremos del hipotiroidismo congénito que aparece desde el momento del nacimiento, que habitualmente es detectado en los hospitales mediante una prueba rutinaria.
Nos referiremos en este apartado sobre el hipotiroidismo que aparece en niños y adolescentes sin un componente congénito.
La causa más frecuente de hipotiroidismo e incluso de bocio en la infancia y la adolescencia es la tiroiditis de Hashimoto, también llamada tiroiditis autoinmune o tiroiditis linfocitaria crónica. Además, es más frecuente en niñas que en niños, y en aquellos con antecedentes familiares de tiroiditis autoinmune (normalmente en madres).
La sintomatología es muy variable y en cualquier caso es similar a la de los adultos, aunque en la edad pediátrica, el síntoma más llamativo está relacionado con un defecto en el crecimiento y/o una disminución en su rendimiento escolar.
Es por ello, que ante una disminución en el percentil de altura en los niños o una disminución no justificada de su rendimiento en el colegio debe valorarse la posibilidad de un hipotiroidismo infantil, máxime en el caso de que existan antecedentes familiares de enfermedad tiroidea.
Es importante resaltar que no existen cambios significativos en la inteligencia de los niños cuando el hipotiroidismo se desarrolla a partir de los dos años de edad.
Las pruebas de función tiroidea informarán del estado de la glándula tiroidea en el momento del diagnóstico. Suele originar un hipotiroidismo con una TSH elevada par la edad del niño o la niña. La presencia de anticuerpos antitiroideos puede ser el primer signo de la enfermedad en los análisis, aunque no siempre están presentes.
El hipotiroidismo autoinmune infantil requiere tratamiento con hormona tiroidea de por vida. Esto, no debe alarmar a los padres, ya que los niños aceptan normalmente sin problemas la toma diaria de un comprimido de L-tiroxina dentro de su rutina, y lo terminan convirtiendo en un hábito con total naturalidad.
Una vez iniciado el tratamiento, el retorno a las curvas normales de crecimiento suele ser la regla, recuperando generalmente la estatura que se debería esperar en relación con los progenitores.
Sin embargo, resulta muy importante en la edad pediátrica la realización de unos controles muy estrictos de los niveles de TSH y las correcciones apropiadas del tratamiento. Esto se hace todavía más importante alrededor de la adolescencia donde existen cambios hormonales, que requerirán probablemente ajustes del tratamiento, para lo que es imprescindible la práctica de seguimientos periódicos de los niveles hormonales.
Nos referiremos en este apartado sobre el hipotiroidismo que aparece en niños y adolescentes sin un componente congénito.
La causa más frecuente de hipotiroidismo e incluso de bocio en la infancia y la adolescencia es la tiroiditis de Hashimoto, también llamada tiroiditis autoinmune o tiroiditis linfocitaria crónica. Además, es más frecuente en niñas que en niños, y en aquellos con antecedentes familiares de tiroiditis autoinmune (normalmente en madres).
La sintomatología es muy variable y en cualquier caso es similar a la de los adultos, aunque en la edad pediátrica, el síntoma más llamativo está relacionado con un defecto en el crecimiento y/o una disminución en su rendimiento escolar.
Es por ello, que ante una disminución en el percentil de altura en los niños o una disminución no justificada de su rendimiento en el colegio debe valorarse la posibilidad de un hipotiroidismo infantil, máxime en el caso de que existan antecedentes familiares de enfermedad tiroidea.
Es importante resaltar que no existen cambios significativos en la inteligencia de los niños cuando el hipotiroidismo se desarrolla a partir de los dos años de edad.
Las pruebas de función tiroidea informarán del estado de la glándula tiroidea en el momento del diagnóstico. Suele originar un hipotiroidismo con una TSH elevada par la edad del niño o la niña. La presencia de anticuerpos antitiroideos puede ser el primer signo de la enfermedad en los análisis, aunque no siempre están presentes.
El hipotiroidismo autoinmune infantil requiere tratamiento con hormona tiroidea de por vida. Esto, no debe alarmar a los padres, ya que los niños aceptan normalmente sin problemas la toma diaria de un comprimido de L-tiroxina dentro de su rutina, y lo terminan convirtiendo en un hábito con total naturalidad.
Una vez iniciado el tratamiento, el retorno a las curvas normales de crecimiento suele ser la regla, recuperando generalmente la estatura que se debería esperar en relación con los progenitores.
Sin embargo, resulta muy importante en la edad pediátrica la realización de unos controles muy estrictos de los niveles de TSH y las correcciones apropiadas del tratamiento. Esto se hace todavía más importante alrededor de la adolescencia donde existen cambios hormonales, que requerirán probablemente ajustes del tratamiento, para lo que es imprescindible la práctica de seguimientos periódicos de los niveles hormonales.