Según estudios recientes, los adolescentes de 12 a 21 años son de dos a tres veces más sensibles que la población en general a los contaminantes ambientales comunes que pueden alterar la función tiroidea y por lo tanto, se debería tener un control sobre éstos.
Se han estudiado tres contaminantes ambientales comunes que producen efectos bloqueadores sobre la glándula tiroides. Estos contaminantes ambientales son el perclorato, el tiocianato y el nitrato. Además sus efectos también parecen ser diferentes en niños y niñas, según Jenica McMullen, de la Facultad de Medicina de la Universidad de Nueva York, en su informe publicado el 20 de abril en el Journal of Clinical Endocrinology and Metabolism. El perclorato, el tiocianato y el nitrato son sustancias que inhiben el transporte de yodo a las células del tiroides. Y no es necesario que estos tóxicos se encuentren a niveles altos, sino que esta acción bloqueante la realizan a niveles que se encuentran habitualmente en el medio ambiente. La función de transporte es clave para la síntesis de la hormona tiroidea, y el bloqueo de este transporte determinará una menor producción de hormona tiroidea y, consecuentemente, hipotiroidismo. En los adolescentes, las alteraciones de la función tiroidea pueden afectar profundamente a todos los sistemas orgánicos, incluyendo la función cognitiva y cardíaca, la fuerza ósea y el metabolismo. Clínicamente, esto puede presentarse de forma más llamativa como un bajo cercimiento y cambios en el rendimiento académico. El joven no crece adecuadamente y su rendimiento escolar empieza a caer sin causa aparente. El perclorato, se utiliza en la fabricación de explosivos y propulsores de cohetes y puede emigrar al agua, la leche y las verduras ricas en agua, como el apio, el calabacín, el rábano, el tomate y la col verde. La exposición al tiocianato proviene principalmente del humo del cigarrillo. El nitrato es un conservante comúnmente utilizado en fertilizantes, que también se pueden encontrar en el agua potable y las verduras. Los efectos derivados de estos tóxicos no son susceptibles de tratamiento, pero podemos realizar una prevención de las exposiciones a estos tóxicos. La buena noticia, según los expertos, es que hay pasos seguros y sencillos que se pueden tomar para limitar la exposición a químicos ambientales que se sabe que alteran la función tiroidea, según se relató a Medscape Medical News. Los médicos pueden aconsejar a los pacientes acerca de estos pasos para limitar las exposiciones. Entre sus recomendaciones están el mantenimiento de una dieta saludable que incluye una variedad de vegetales ricos en yodo - como los arándanos, el yogur griego y los frijoles - evitando los alimentos procesados y consumiendo productos orgánicos cuando sea posible. La suplementación apropiada con yodo también puede reducir el impacto de la exposición a químicos ambientales. Por supuesto, la ausencia de exposición el humo del tabaco, bien como fumador activo o pasivo es fundamental para evitar los tiocianatos. La mayor parte de la sal en nuestro país está yodada, por lo que normalmente no hay déficit nutricional de yodo. Fuente: Medscape Image courtesy of FrameAngel at freedigitalphotos.net La glándula tiroides y el sueño.
La glándula tiroides es la directora de nuestro metabolismo y energía, por lo que esta pequeña glándula también tiene una poderosa influencia sobre nuestros patrones de sueño. Hipotiroidismo y alteraciones del sueño En el hipotiroidismo, todo se ralentiza. Un síntoma común de hipotiroidismo es la fatiga extrema. Por lo general, las mujeres que normalmente necesitan por ejemplo, siete horas para descansar, encuentran que con ocho, nueve o incluso diez horas de sueño no consiguen aliviar su cansancio. Y su sueño es a menudo poco reparador, lo que significa que se despiertan agotadas, aún privadas de sueño. Este tipo de fatiga anormal y el sueño excesivo puede ser debido a la desaceleración del metabolismo y la falta general de energía asociada con el hipotiroidismo. Los investigadores del sueño han encontrado que las personas con hipotiroidismo sin tratamiento adecuado también son más propensas a sufrir de apnea del sueño. La apnea del sueño es un trastorno del sueño potencialmente grave, en el cual la respiración se detiene y recomienza repetidas veces. Cada vez que la respiración se detiene, el cerebro desencadena un breve período de vigilia para reiniciar la respiración. El sueño es interrumpido y fragmentado, y los ciclos normales de sueño se interrumpen. Como consecuencia, aparecen síntomas como ronquidos fuertes, episodios de cese de la respiración durante el sueño, despertares abruptos, dolor de cabeza por la mañana, insomnio, somnolencia excesiva durante el día, irritabilidad o problemas de atención. El hipotiroidismo también se asocia con falta sueño en estadio 4 en algunos pacientes. Llamamos etapa 4 del sueño al sueño profundo que ayuda a reparar el estrés diario en el cuerpo y restaurar la energía. Aproximadamente del 10 al 15% de todo el sueño debe ser la Etapa 4, y por lo general tiene lugar más temprano durante la noche. Una deficiencia en el sueño de la etapa 4 puede resultar en privación del sueño (no importa cuánto tiempo usted está realmente "durmiendo"). Hipertiroidismo y alteraciones del sueño En el otro lado del espectro está el hipertiroidismo, con niveles excesivos de hormona tiroidea circulante, que actúa como un estimulante. Los síntomas del hipertiroidismo relacionados con el sueño pueden incluir insomnio, despertar frecuente, inquietud, ansiedad, palpitaciones cardíacas, síndrome de piernas inquietas y temblores, todo lo cual puede perturbar el sueño. Mientras que algunos pacientes con hipertiroidismo informan que se sienten enérgicos, muchos no lo hacen, y se quejan de fatiga y agotamiento, mientras que al mismo tiempo se sienten ansiosos. Se van a la cama sintiéndose agotados, pero tienen dificultades para dormir, quedarse dormidos, y pueden despertar sin descansar. Evaluación del tiroides como potencial cause de los trastornos del sueño Existe la posibilidad de que sus alteraciones del sueño puedan estar causadas por un problema de tiroides no diagnosticado. Así que el primer paso es una evaluación minuciosa de la tiroides. Su médico debe tomar su historial médico personal y familiar, y realizar un examen físico completo, exámenes de sangre para hormona estimulante de tiroides (TSH), niveles libres de hormonas tiroideas, y pruebas de anticuerpos para evaluar la autoinmunidad. Si se identifica un problema de tiroides, el tratamiento adecuado ayudará a equilibrar la tiroides y puede resolver los problemas del sueño sin necesidad de tratamiento adicional. Si los problemas del sueño continúan a pesar del tratamiento tiroideo, existen algunas opciones adicionales a considerar, como la higiene del sueño, que se refiere al ambiente y las prácticas que rodean al sueño. Siempre debe echar un vistazo a estas cuestiones para ayudar a resolver los problemas de sueño. Algunas sugerencias incluyen: · Evitar las siestas, especialmente al final de la tarde, y si se duerme, limite a 30 minutos como máximo. · Mantenerse alejado de los estimulantes, la cafeína y el alcohol, especialmente por la tarde y por la noche. · Mantenga un horario de sueño constante. · No haga ejercicio antes de acostarte. Desde el punto de vista de los suplementos naturales, hay varios que pueden ayudar. Su médico puede orientarle, pero algunos a considerar incluyen: - Magnesio y calcio - cuando se toman por la noche, pueden ayudar a calmar la ansiedad relacionada con la tiroiditis, las palpitaciones, y puede hacer que sea más fácil conciliar el sueño. -Melatonina - puede ser útil para algunas personas -Tila y Valeriana Image courtesy of nenetus at FreeDigitalPhotos.net La noticia de tener que someterse a una cirugía del tiroides para extirpar completamente la glándula, normalmente genera miedo y ansiedad. Cuando se llega a este punto, es porque no existe otro tratamiento posible para nuestra enfermedad tiroidea, bien porque sea un cáncer de tiroides, un bocio de gran tamaño o un hipertiroidismo que no responde a los tratamientos habituales.
La cirugía del tiroides no tiene un rango de edad definido, se realiza desde personas muy jóvenes hasta ancianos. Nuestro cirujano nos informará de todos los detalles que nos puedan preocupar. Actualmente, las técnicas quirúrgicas sobre el tiroides han evolucionado significativamente y, en manos expertas, las complicaciones por la cirugía son poco frecuentes. Pero, ¿Qué sucede una vez me han extirpado el tiroides? ¿Podré seguir con mi vida habitual, hacer ejercicio, quedarme embarazada, mantener mi peso…? ¿Reducirá mi esperanza o mi calidad de vida?...Son cuestiones que inevitablemente cruzan nuestra mente y que a veces nos cuesta manifestar. Los pacientes sometidos a la cirugía, pierden el tiroides de manera brusca, y deben incorporar tratamiento hormonal de sustitución inmediatamente. El tratamiento hormonal sustitutivo va a permitir a los pacientes una vida normal, sin reducción de la calidad ni de la esperanza de vida. En estos casos, los pacientes deben ponerse en manos de un especialista en tiroides que diseñe su tratamiento hormonal, y establezca un protocolo de seguimiento frecuente, hasta ajustar el tratamiento a las necesidades tras la cirugía. Por lo tanto, es importante durante las primeras semanas y meses, poder disponer de un especialista de confianza que nos guíe con las dosis hormonales apropiadas, en función de los cambios que se vayan produciendo hasta la estabilización, y por supuesto, también en situaciones especiales como el embarazo o la menopausia. Con un ajuste apropiado de la dosis de hormona tiroidea, no tiene por qué existir ninguna limitación para llevar una vida normal. Sabemos que cuando una mujer embarazada padece hipertiroidismo, esta enfermedad puede afectar al bebé.
Los riesgos para el bebé de la enfermedad de Graves, la causa más frecuente de hipertiroidismo, se deben a uno de los tres posibles mecanismos: 1.-Hipertiroidismo materno no controlado: El hipertiroidismo materno incontrolado se ha asociado con taquicardia fetal (frecuencia cardiaca rápida), bebés pequeños para su edad gestacional, prematuridad, y otras alteraciones. Esta es una razón primordial por la cual es importante tratar el hipertiroidismo en la madre. 2) Niveles extremadamente altos de Immunogloblulinas Estimulantes del Tiroides (TSI): La enfermedad de Graves es un trastorno autoinmune causado por la producción de anticuerpos que estimulan la glándula tiroidea denominados inmunoglobulinas estimulantes del tiroides (TSI). Estos anticuerpos atraviesan la placenta y pueden interactuar con el tiroides del bebé. Aunque son poco frecuentes (2-5% de los casos de enfermedad de Graves en el embarazo), se sabe que los altos niveles de TSI maternas causan hipertiroidismo fetal o neonatal. Cuando la madre con enfermedad de Graves lleva tratamiento con fármacos antitiroideos, el hipertiroidismo fetal es raro, ya que los fármacos antitiroideos también atraviesan la placenta. 3) Terapia con drogas antitiroideas (ATD): El Metimazol o Propiltiouracilo (PTU) atraviesan la placenta y pueden afectar potencialmente la función tiroidea del bebé. Sin embargo, estudios recientes sugieren que ambos fármacos son seguros durante el embarazo. Se recomienda que se use la dosis más baja posible de ATD para controlar el hipertiroidismo materno, para minimizar el desarrollo de hipotiroidismo en el bebé o neonato. En general, en el tratamiento de la madre con hipertiroidismo durante el embarazo, los beneficios para el bebé superan los riesgos, si la terapia se controla cuidadosamente. Fuente: American Thyroid Association. Image courtesy of nenetus at FreeDigitalPhotos.net Todos conocemos la importancia del autoexamen de mama para detectar tumores en un estadio inicial que pueden ser más fáciles de tratar.
De la misma manera, también resulta importante, aunque menos conocido, la práctica del autoexamen del tiroides, para detectar crecimientos anómalos de la glándula o nódulos. Debemos saber que el número de casos de cáncer de tiroides se encuentra en aumento, y que, aunque en la mayor parte de los casos, la evolución de la enfermedad es favorable con los tratamientos actuales, si la enfermedad se detecta en un estadio muy avanzado, resulta más difícil de tratar. En la mayor parte de los casos, el cáncer se desarrolla sin signos ni síntomas, por lo que el autoexamen resulta de importancia para detectar alteraciones de una manera precoz. Se debe hacer especial hincapié en personas que hayan tenido una exposición a radiaciones o con un familiar de primer grado con historia de cáncer de tiroides, ya que en estos casos es más frecuente que pueda aparecer el cáncer de tiroides. Debemos dar importancia a la aparición de cambios repentinos en la voz o de masas en el cuello. Para realizar un autoexamen del tiroides, utiliza un espejo para observar la región inferior y central de tu cuello, por encima de las clavículas y por debajo de la laringe (“la nuez”). Esta es la zona donde se localiza el tiroides. Es importante no confundir la “nuez” con el tiroides, que está localizado por debajo de esta, más cerca de las clavículas. Palpa la zona con los dedos para detectar algún bulto que no aparezca a simple vista. Mientras observas la zona del tiroides, toma un sorbo de agua y comprueba si existe algún bulto, asimetría o alguna protrusión en esta zona. En caso de detectar algún bulto, consulta a tu médico. Podría tratarse de un aumento difuso del tamaño del tiroides (un bocio) o de un nódulo tiroideo, que en la mayor parte de los casos son benignos y fáciles de valorar mediante la ecografía. El médico especialista te podrá sacar fácilmente de dudas. Ya me he referido a la fibromialgia en este blog en otras ocasiones, y seguiré haciéndolo en el futuro, por la importancia que considero que merece y la frecuencia con la que aparece en mi consulta.
Se han vertido ríos de tinta y miles de páginas web con recomendaciones de todo tipo para tratar esta enfermedad. En ocasiones, las menos, con alguna base científica, y en la mayor parte de los casos sin ningún tipo de base médica, o incluso como una manera de vender libros o atraer pacientes a consultas pseudomédicas. Sin embargo, de una manera silenciosa, los investigadores médicos siguen trabajando para desarrollar nuevas terapias o validar científicamente las terapias alternativas. Recientemente, se han publicado unos resultados curiosos y esperanzadores para mejorar la calidad de vida de estos pacientes, basándose en el ejercicio físico y abandonando tratamientos con analgésicos y otros fármacos. Me gustaría compartir en este blog las reflexiones del Dr. Jonathan Kay sobre las nuevas recomendaciones para el tratamiento de la fibromialgia. El Dr. Kay es Director de la Cátedra de Reumatología Timothy S. and Elaine L. Peterson, y Profesor de medicina en la Facultad de Medicina de Massachusetts. Comenta en su blog médico estas nuevas recomendaciones. La fibromialgia es una condición que ha supuesto un reto para los médicos, tanto de atención primaria, como especialistas. Los pacientes suelen presentar dolores generalizados, sensación de fatiga crónica y la sensación de no haber descansado al despertar. A menudo describen también dolores de cabeza tipo migraña, sensación de “tirones” en sus extremidades y un aumento de la sensibilidad al tacto más leve. A menudo, este cuadro se asocia con diarrea y/o estreñimiento. Estos son síntomas que muchas personas experimentan como una condición de vida, esto es, que tienen que vivir con ellos de la mejor manera posible. Los médicos de atención primaria se sienten en muchas ocasiones frustrados por su incapacidad para proporcionar un tratamiento eficaz. Sin embargo, en los últimos años se ha continuado investigando de una manera rigurosa, con publicaciones científicas al más alto nivel. De este modo, se han consensuado una serie de recomendaciones para el tratamiento de esta condición La Liga Europea Contra el Reumatismo publicó recomendaciones para el tratamiento de esta afección en 2007 [1]. Muy recientemente, en la prestigiosa revista Annals of Rheumatic Diseases, en 2016, un grupo de 18 reumatólogos, junto con otros profesionales de la salud y con la aportación de pacientes de 12 países europeos, publicaron nuevas recomendaciones para el tratamiento de esta condición [2]. Se ha llegado a la conclusión, basándose en un nivel muy fuerte de evidencia científica, que la práctica de ejercicios aeróbicos y de fortalecimiento muscular son muy recomendables en el tratamiento de la fibromialgia. Siempre hemos aconsejado a los pacientes que traten de ser más activos cuando nos describen estos síntomas, pero ahora disponemos de una evidencia científica muy fuerte que sugiere que un programa de ejercicios supervisados de acondicionamiento aérobico y fortalecimiento muscular es la base para el tratamiento de este complejo de síntomas. También se recomendaron otras terapias, como la acupuntura, el tai-chi, la meditación y la terapia cognitiva, con un nivel de evidencia científica alto. Curiosamente, la terapia con fármacos, no fue una terapia recomendada; de hecho, la evidencia fue bastante débil. En base a estas recomendaciones, a un paciente que se presenta con el complejo de síntomas de fibromialgia debe aconsejarse llevar a cabo un programa de ejercicios supervisados de acondicionamiento aeróbico y fortalecimiento. Ante un patrón de sueño alterado, se prestará atención a la higiene del sueño. Por último, puede iniciarse alguna terapia farmacológica, pero no empleando analgésicos, narcóticos o fármacos antiinflamatorios no esteroideos (AINEs), que son ineficaces en esta condición. Referencias
Image courtesy of sippakorn at FreeDigitalPhotos.net Las diversas campañas para la detección del hipotiroidismo y la abundante información en internet sobre las alteraciones del tiroides, han difundido los síntomas más habituales del hipotiroidismo entre la población general.
Entre los síntomas más comunes del hipotiroidismo, se han venido describiendo la torpeza mental, caída de cabello, aumento de peso, o estreñimiento. Existen otros signos que no se ven claramente, como el aumento de colesterol o triglicéridos en sangre, que puede ser causa de enfermedades del aparato cardiovascular. Sin embargo existen algunas ocasiones en las que el hipotiroidismo se presenta con una sintomatología completamente distinta, y que resulta muy difícil de detectar tanto por el paciente como, en muchas ocasiones, por el médico general. Uno de estos casos es el de la disartria como presentación inicial de un hipotiroidismo. Llamamos disartria a una alteración del lenguaje que se caracteriza por dificultad para hablar y comprender las cosas que nos dicen. Se trata de una alteración muy llamativa para el propio paciente y también para las personas de su entorno, y que normalmente se suele asociar con una alteración del sistema nervioso central. En muchas ocasiones, es síntoma de una alteración en la región cerebral que controla el lenguaje. Sin embargo, se han descrito casos en los que aparece como el síntoma inicial de un hipotiroidismo. Cuando aparece, y por la alarma que genera, el paciente es habitualmente sometido a varias pruebas para descartar las causas más graves de este síntoma. Cuando estos estudios son normales, deberían plantearse otras posibilidades, entre las que se encuentra el hipotiroidismo. El médico experto, podrá detectar otros signos de hipotiroidismo que orienten el diagnóstico. En los casos en los que ha parecido disartria como diagnóstico del hipotiroidismo, el tratamiento sustitutivo hormonal ha corregido esta alteración del lenguaje. Fuente: Stöllberger C, et al. Dysarthria as the leading symptom of hypotrhyroidism. Am J Otolaryngol. 2001 Jan-Feb: 22 (1): 70-72. Image courtesy of Jeroen van Oostrom at FreeDigitalPhotos.net Según un reciente estudio, extender el número de mujeres embarazadas tratadas con levotiroxina para aumentar los niveles de hormona tiroidea puede reducir el número de abortos, cesáreas tempranas y bebés de bajo peso.
La glándula tiroides es un órgano que se encuentra en la base del cuello. Produce las hormonas esenciales que controlan el metabolismo del cuerpo. Las hormonas tiroideas también son críticas para el desarrollo del cerebro fetal, pero los bebés no pueden producir hormona por ellos mismos hasta el segundo trimestre y tienen que obtener toda la hormona de sus madres. El 2-3% de las mujeres embarazadas tendrán un hipotiroidismo subclínico, lo que significa que tienen bajos niveles de hormonas tiroideas, aunque sin sintomatología. Esto se puede tratar con un medicamento de reemplazo hormonal llamado levotiroxina. Se revisaron más de 13.000 mujeres que estaban embarazadas entre 12-16 semanas, 518 de las cuales tenían un hipotiroidismo subclínico. Encontraron que las mujeres con hipotiroidismo subclínico tratadas con levotiroxina tenían un menor riesgo de dar a luz bebés de bajo peso y también eran menos propensas a sufrir una cesárea temprana. Las mujeres no tratadas con hipotiroidismo leve tuvieron más probabilidades de aborto que las mujeres con función tiroidea normal. No hubo ninguna muerte fetal en el grupo tratado con levotiroxina. Aunque se necesitan ensayos adicionales para confirmar estos hallazgos, se cree que se podrían encontrar beneficios incluso superiores tratando a las mujeres embarazadas en una etapa más temprana del embarazo . Las guías de la Sociedad Endocrinológica Británica recomiendan tratamiento con levotiroxina en todas las mujeres embarazadas con hipotiroidismo subclínico y también las guías de la Asociación Americana del Tiroides recomiendan este tratamiento tanto en las mujeres embarazadas con hipotiroidismo subclínico como las que se detectan anticuerpos anti peroxidasa. Sin embargo, la duración del tratamiento no estaba muy clara. La pregunta que viene a continuación es ¿Será necesario que la madre continúe el tratamiento con levotiroxina después del parto? Estudios recientes señalan que probablemente no, y que en muchos casos parece que el hipotiroidismo subclínico del embarazo se resuelve tras el nacimiento. Los últimos estudios a este respecto, muestran que las mujeres embarazadas con hipotiroidismo subclínico, con una TSH por debajo de 5 mIU/L en el embarazo, y negativas a los anticuerpos antitiroideos (anti-peroxidadas), podrían recuperar su función tiroidea normal después del embarazo. En ellas se podría detener el tratamiento con levotiroxina tras el parto, y realizar un control de la función tiroidea unas seis semanas tras el parto, para comprobar que todo está en orden. Sin embargo, las mujeres embarazadas positivas a anti-peroxidadas y con TSH alrededor de 5 o más, muestran un riego elevado (alrededor del 25% de los casos) de mantener un hipotiroidismo persistente varios años tras el embarazo. Este grupo de mujeres deberían ser monitorizadas cuidadosamente y si se encuentran riesgos adicionales de hipotiroidismo (como otra enfermedad autoinmune en el paciente, una historia familiar de enfermedad de Hashimoto o evidencia de tiroditis crónica en una ecografía tiroidea) estos pacientes también deberían de continuar en tratamiento hormonal. Fuente: Society for Endocrinology. "Giving more pregnant women common thyroid medicine may reduce risk of complications." ScienceDaily. www.sciencedaily.com/releases/2016/11/161109090353.htm (accessed November 14, 2016). Image courtesy of Paul Gooddy at FreeDigitalPhotos.net Existen muchas circunstancias por la que una mujer que acaba de ser madre, tenga que tomar hormona tiroidea.
Puede ser porque la madre padezca un hipotiroidismo desde antes de quedarse embarazada. Incluso es posible que el embarazo haya sido posible gracias a la hormona tiroidea que está tomando. También es posible que necesite tomar levotiroxina por una tiroiditis postparto, que no es infrecuente. En cualquier caso, la cuestión que se plantean muchas madres es: ¿Podré seguir tomando mi medicación y amamantar a mi hijo?¿No pasará esta hormona a la leche, como otros medicamentos y afectará a la salud de mi hijo? Y claro, lo primero que se hace es buscar en Internet, y nos daremos cuenta en seguida de que no existe información fiable en la red, y de que no tenemos el teléfono de nuestro médico para que nos pueda sacar de dudas. La alimentación mediante lactancia materna de nuestros hijos tiene grandes beneficios para su salud y para reforzar los lazos afectivos maternofiliales. Muchas veces, no es fácil para la madre tomar esta decisión, y para ello necesita poder aclarar dudas de este tipo. La levotiroxina (T4) es un componente normal de la leche humana. Lo cierto es que no existen muchos estudios que analicen las concentraciones de levotiroxina en la leche materna, lo que podría sorprender, dada la cantidad de años, décadas, que se está administrando esta medicación. Aunque no disponemos de muchos datos, los estudios que se han publicado indican que el aporte exógeno de levotiroxina a la madre durante la lactancia no determina efectos adversos en los niños. Si la madre requiere levotiroxina, no parece una razón para abandonar la lactancia materna. Según las recomendaciones de la Asociación Americana del Tiroides (ATA) en su guía del 2011, no debe reducirse la dosis de levotiroxina durante la lactancia (1). De hecho, según recomienda esta asociación, la dosis de levotiroxina debe incrementarse en el periodo postparto respecto al periodo antes del embarazo en las pacientes con tiroiditis de Hashimoto, para mejorar la lactancia. La levotiroxina, como hemos dicho al inicio, es un componente normal de leche humana. Aunque existen controversias, parece que la levotiroxina pasa en una baja cantidad a la leche materna (3,4,5,6,7). No se han reportado efectos secundarios en los bebés, de la administración de esta hormona a las madres. El contenido de hormona tiroidea en la leche humana de la madre parece no ser suficiente para afectar el estatus tiroideo del bebé (8). También se ha descrito, que la cantidad de hormonas tiroideas en la leche no son aparentemente suficientes para intervenir con el diagnóstico del hipotiroidismo en el niño (9). Es decir, si el niño tuviera un hipotiroidismo, la hormona de la madre que pudiera ingerir, no impediría que se le pudiera diagnosticar esta enfermedad. Para una lactancia normal, se requieren unos niveles adecuados de hormona tiroidea en el suero. La adición de hormonas tiroideas en pacientes con niveles bajos de hormonas, debería mejorar la producción de leche materna causada por el hipotiroidismo. Dosis supra fisiológicas no se esperan que mejoren la lactancia. De esta manera, una vez revisados los datos de que disponemos, no parece que exista ningún motivo para evitar dar lactancia a los hijos de madres que toman levotiroxina. Referencias: 1. Stagnaro-Green A, Abalovich M, Alexander E et al. Guidelines of the American Thyroid Association for the diagnosis and management of thyroid disease during pregnancy and postpartum. Thyroid. 2011;21:1081-125. 2. Galofre JC, Haber RS, Mitchell AA, Pessah R, Davies TF. Increased postpartum thyroxine replacement in Hashimoto's thyroiditis. Thyroid. 2010;20:901-8. 3. Sato T, Suzuki Y. Presence of triiodothyronine, no detectable thyroxine and reverse triiodothyronine in human milk. Endocrinol Jpn. 1979;26:507-13. 4. Varma SK, Collins M, Row A et al. Thyroxine, tri-iodothyronine, and reverse tri-iodothyronine concentrations in human milk. J Pediatr. 1978;93:803-6. 5. Mallol J, Obregon MJ, Morreale de Escobar GM. Analytical artifacts in radioimmunoassay of L-thyroxin in human milk. Clin Chem. 1982;28:1277-82. 6. Oberkotter LV, Tenore A. Separation and radioimmunoassay of T3 and T4 in human breast milk. Horm Res. 1983;17:11-8. 7. Koldovsky O. Hormones in milk. Vitam Horm. 1995;50:77-149. 8. van Wassenaer AG, Stulp MR, Valianpour F et al. The quantity of thyroid hormone in human milk is too low to influence plasma thyroid hormone levels in the very preterm infant. Clin Endocrinol. 2002;56:621-7. 9. Abbassi V, Steinour A. Successful diagnosis of congenital hypothroidism in four breast- fed neonates. J Pediatr. 1980;97:259-61. Image courtesy of jomphomg at FreeDigitalPhotos.net El tratamiento con tiroxina mejora la calidad de vida en pacientes con hipotiroidismo subclínico.9/18/2016 La terapia con tiroxina mejora significativamente la calidad de vida en pacientes con hipotiroidismo subclínico (HSC) según han mostrado recientes investigaciones.
La doctora Deshmuk Vaishlai y sus colegas del hospital de Nair, en Bombay, India, encontraron mejorías significativas en los terrenos físico, afectivo y social de estos pacientes así como en la calidad general de vida de los adultos con HSC tratados con levotiroxina a dosis que asegurasen la normalización de las hormonas tiroideas en el paciente. Por el contrario también demuestra que, en alrededor de un tercio de los pacientes en los que el HSC no se trató, se demostró una progresión de la enfermedad y un empeoramiento progresivo de su calidad de vida. Según la doctora Vaishali, “la mejora de calidad de vida en los pacientes tratados, fue evidente a los seis meses de tratamiento, mientras que los pacientes sin tratar tendieron a deteriorarse”. Por lo tanto, continúa “hemos demostrado claramente que el tratamiento con tiroxina no sólo reduce las anormalidades bioquímicas y clínicas del hipotiroidismo, sino que también mejora la calidad de vida”. Los resultados del estudio se presentaron en la 82ª reunión de la Sociedad Americana del Tiroides. Dos escuelas de pensamiento. En la reunión, la doctora resaltó el hecho de que existen dos escuelas de pensamiento en relación al hipotiroidismo subclínico: “una escuela dice que no hay necesidad de tratar el HSC dado que es únicamente una entidad bioquímica; la otra escuela piensa que es una entidad clínica, que se asocia a síntomas y que debería de tratarse”. En un grupo de 65 pacientes, los investigadores inicialmente realizaron un seguimiento de los síntomas reportados por los pacientes con hipotiroidismo subclínico y un control con pacientes normales. Cuando evaluaron la puntuación de calidad de vida en ambos grupos, encontraron unos valores más reducidos en los pacientes con HSC en comparación con los pacientes normales, en los dominios cognitivo, social, autoestima, y calidad de vida general. Tratamiento con tiroxina. Los investigadores estudiaron el efecto de la terapia con tiroxina en su impacto sobre la calidad de vida en el mismo grupo después de seis meses tras tratamiento. Del grupo de pacientes (65), 30 fueron tratados con hormona tiroidea y 35 recibieron únicamente intervenciones en su estilo de vida (grupo control). Tras seis meses de tratamiento, los niveles de TSH habían disminuido significativamente en el grupo que recibió tratamiento. Los niveles de TSH no habían cambiado o se habían normalizado únicamente en un 30% del grupo control, habían aumentado en otro 30% y habían disminuido en un 40%. La puntuación de calidad de vida para problemas físicos había mejorado significativamente a los seis meses en el grupo de pacientes tratados respecto al grupo control. En el grupo tratado, el edema del tobillo, la irritabilidad y la pérdida de memoria mejoraron, y los pacientes perdieron peso. En el grupo control persistieron sin cambios los síntomas de sequedad de piel, estreñimiento, irritabilidad, intolerancia al frío, pérdida de cabello, mialgia y alteraciones de la sudoración. Se demostró una mejora en la disfunción menstrual de las mujeres dentro del grupo tratado que en el grupo control (61% vs. 16%). También hubo una reducción mayor en el tamaño del bocio en el grupo tratado que en el grupo control (48% vs. 14%). La puntuación utilizada para la valoración de calidad de vida mejoró significativamente en el grupo tratado a los seis meses mientras que no cambió significativamente en el grupo control. Fuente: Medscape Medical News; Thyroxine Therapy Improves QoL in Subclinical Hypothyroidism. Pam Harrison September 26, 2012 |
AuthorDra.Maria José Hurtado Archives
Febrero 2019
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