El hipotiroidismo subclínico (HSC) se trata de una situación en donde los niveles de hormona tiroidea en sangre se encuentran dentro del rango normal del laboratorio y los niveles de TSH se encuentran ligeramente elevados. Esta condición acontece en un 3 al 8% de la población general. Es más frecuente en mujeres que en hombres y su prevalencia se incrementa con la edad.
El 80% de los pacientes con HSC, presentan una TSH sérica inferior a 10 mIU/L. La implicación más importante del HSC es su elevada tendencia a la progresión al hipotiroidismo clínico. Actualmente el manejo actual de estos pacientes es la terapia con hormona tiroidea. Se ha propuesto en los últimos años el disminuir el límite superior de niveles séricos de TSH de 5.0 a 3.0 o incluso a 2,5mIU/L, aunque estas propuestas se han encontrado con críticas sustanciales. Los argumentos más importantes a favor de reducir el límite normal de nivel sérico de TSH es el mayor nivel de anticuerpos antitiroideos detectados en personas con niveles de TSH entre 3.0 y 5.0 mIU7L y un mayor porcentaje de progresión a enfermedad tiroidea clínica. El argumento principal en contra de reducir el límite superior de valor normal de TSH es que entre 22 a 28 millones de americanos (según la Clinica Mayo, en USA) podrían ser diagnosticados de hipotiroidismo sin beneficio clínico o terapéutico de este diagnóstico. Aunque aquellas personas con niveles de TSH entre 3.0 y 5.0 mIU/L tienen una mayor disposición a mostrar anticuerpos antitiroideos y una futura enfermedad tiroidea, parece razonable el pensar que la falta de evidencias de un beneficio de tratamiento con levotiroxina a estos niveles nos haga mantener el límite superior de TSH a 4.0 o 5.0 (dependiendo del laboratorio). Estos valores probablemente se incrementen en personas mayores de 70 años. ¿Es necesario realizar screening para HSC? Hasta el momento no se han establecido guías uniformes para el screening de enfermedad tiroidea con niveles séricos de TSH en la población general. Sin embargo, dada la alta prevalencia de hipotiroidismo subclínico y de factores metabólicos de riesgo asociados como la hiperlipidemia, la Asociación Americana del Tiroides recomienda la práctica de estudios de screening con mediciones de TSH comenzando a los 35 años y cada cinco años a partir de entonces. Las personas con síntomas y con signos potencialmente atribuibles a disfunción tiroidea y aquellos que muestran factores de riesgo para su desarrollo pueden requerir unos estudios de TSH más frecuentes. Asociaciones como el American College of Physicians recomiendan el realizar este screening en mujeres a partir de los 50 años. Dadas las potenciales implicaciones del HSC en la interrupción del embarazo y en el desarrollo neuropsiquiátrico del feto, se ha sugerido el realizar estudios de seguimiento más intensos en las mujeres embarazadas y aquellas que desean quedarse embarazadas. Antes de recomendar un screening rutinario de la población general, son necesarios ensayos clínicos a gran escala que determinen que el tratamiento mejorará la calidad de vida en pacientes por otra parte sanos con unos niveles de TSH moderadamente elevados típicos de la mayoría de casos de HSC. Mientras tanto los médicos debemos de basarnos en nuestra propia experiencia y mantener valores superiores de TSH bajos en mujeres que presenten síntomas vagos sugestivos de hipotiroidismo, en aquellas mujeres embarazadas o que van a quedarse embarazadas, o aquellas personas con una historia familiar de enfermedad tiroidea autoinmune. El tratamiento de pacientes con HSC se encuentra sujeto a controversia, sobre todo en el grupo de pacientes con niveles de TSH entre 5 y 10 mIU/L. La mayor parte de los tiroidólogos están de acuerdo en que los pacientes con niveles de TSH por encima de 10 mIU/L deben de tratarse con hormona tiroidea. Los argumentos más potentes que defienden el tratamiento con hormona tiroidea son el alto riesgo de progresión a hipotiroidismo abierto, el posible aumento de la calidad de vida y la posibilidad de que el HSC sea un factor de riesgo cardiovascular. Fuente: Mayo Clin Proc. 2009 Jan; 84(1): 65–71. |
AuthorDra.Maria José Hurtado Archives
Febrero 2019
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